En un entorno saturado de publicidad, el contenido de valor sigue siendo el mayor diferenciador. Las marcas que enseñan, inspiran o entretienen generan más confianza y conexión con sus audiencias.
El marketing de contenidos no se trata solo de escribir blogs. También abarca videos, podcasts, newsletters, reels, infografías y más. Lo importante es que cada pieza responda a una necesidad o duda de tu audiencia.
Las marcas que invierten en contenido propio tienen más herramientas para posicionarse, vender sin vender y fidelizar. No es rápido, pero sí rentable a largo plazo.