Ambas plataformas publicitarias ofrecen un alcance enorme, pero funcionan de forma distinta. Google Ads se basa en intención: las personas ya están buscando lo que ofreces. En cambio, Meta Ads (Facebook e Instagram) funcionan por segmentación e intereses: muestras tu marca incluso si no te están buscando.
Si tu objetivo es captar clientes que ya tienen intención de compra, Google Ads puede ser la mejor opción. Pero si buscas generar marca, visibilidad o captar nuevos públicos, Meta Ads te permite construir audiencias desde cero.
La clave está en combinar ambas herramientas con una estrategia clara. Muchas marcas cometen el error de elegir solo una, cuando el verdadero impacto ocurre cuando trabajan juntas.